jueves, 27 de marzo de 2008

entrevista a Carmen Castro

Entrevista a Carmen Castro, una pionera del ciberfeminismo personal, político y sin género de dudas



Carmen Castro es Economista, experta en Políticas Europeas de Género y Master en Estretagia de Mainstreaming de Género.

Promotora de espacios con sello propio en la red, mantiene el blog Sin Género de Dudas -uno de los veteranos blogs feministas y con mejores contenidos- y otros espacios online, lo personal es politico y lkstro.com.

Hola Carmen, un placer tener tus opiniones en Todas el día de la Mujer!

Hola a Todas y gracias por invitarme a sumar mi voz al contenido de esta bitácora

me gustaría que tuviéramos más capacidad de influencia en el diseño y desarrollo de la sociedad de la información y de la comunicación …

Tus espacios on line, que mantienes varios que iremos desglosando un poquito, debemos definirlos como ¿”feministas sin complejos”? ¿ciberfeministas? ¿diversas perspectivas?

Creo que las acciones se definen por la intencionalidad de las personas que las proponen y realizan, así que como soy feminista, pues este posicionamiento de vida se traslada a lo que hago. Cada una de las web que llevo es diferente entre sí; las tres responden a la búsqueda de espacios de igualdad y libertad, autónomos e independientes . Yo las interpreto como nodos de contaminación en la red -con premeditación y alevosía- del feminismo sin complejos que respira su autora y de la apuesta por las redes distribuidas

SinGENEROdeDUDAS ● Lkstro ● Lopersonalespolitico

El ciberfeminismo tiene la ventaja de ser muy lúdico para reclamar nuestro espacio en internet, ¿como ves los sistemas de empoderamiento de las cybor-bloggers hoy en día? ¿qué te gusta y qué echas de menos?

Ilustración retrato de Carmen, de Miguel Angel Giner Bou
Me entusiasma la diversidad creativa que proyectan gran parte de las bloggers. Cada vez somos más mujeres en la red opinando y mostrando alternativas a la interpretación binaria que pretenden que nos traguemos, y cuantas más empoderadas nos sentimos, más estimulante es el efecto que proyectamos en conjunto.

Me gusta creer que vamos tejiendo una red distribuida, que alentamos a otras para que se animen a experimentar, que transmitimos a otros nuestra voz propia y que algo de todo ello va calando.

Lo que echo de menos….

me gustaría que hubiera más compañeras feministas ocupando la red, creando contenidos y participando en comunidades de software libre … me gustaría que tuviéramos más capacidad de influencia en el diseño y desarrollo de la sociedad de la información y de la comunicación …
Leemos que trabajas como como asesora, formadora, promotora de proyectos y coordinadora técnica de iniciativas y grupos de trabajo… has participado en muchisimos proyectos de interés: Formación de Equipos Multidisciplinares y trabajo en red, Tele-Mainstreaming…

Sí, hace 15 años que me dedico a impulsar procesos de cambio a través del análisis de género y la aplicación de instrumentos para la acción política y técnica.

Calidad- Igualdad, son conceptos que tú has desarrollado en proyectos. Me gustaría preguntarte sobre la Guía orientativa para la definición de estándares de calidad para la práctica de servicios de igualdad a crear del Cabildo de Tenerife editada en el marco del proyecto Violeta de la Red Macaronésica ¿en que consiste y como funcionan estos servicios?

La guía es una propuesta muy sencilla que incide en la necesidad de establecer unos mínimos coherentes, de eficacia y equidad en las políticas y servicios que pretendan favorecer la igualdad; se refiere a la formación de equipos de trabajo, dotación de recursos económicos suficientes, liderazgos políticos y técnicos transformadores … La guía explica en qué consiste el modelo de calidad e igualdad que significa aplicar el enfoque de género al modelo de excelencia EFQM -facilita la autoevaluación de las organizaciones - y al modelo de ciudadanía – facilita la evaluación de los servicios públicos-.

La idea de fondo es simple, no queremos “migajas” en las políticas orientadas hacia la igualdad y obviamente no vale todo lo que se hace ni mucho menos que sea vendido como hecho para mujeres y eso haya de ser suficiente.
Estamos a horas de las elecciones generales ¿como ves el feminismo político? La famosa ley de igualdad ha desencadenado muchas cosas -pros y contras-, quizá porque vino la ley pero no presupuestos suficientes para llevarla a cabo… ¿crees que su discurso actual es acorde a las necesidades de los problemas de las mujeres?

Creo que en España el feminismo político está demasiado institucionalizado; eso, en parte, es positivo, porque posibilita iniciar transformaciones “desde dentro” y ha permitido sacar adelante iniciativas legislativas pioneras y necesarias como la Ley Integral contra la violencia de Género, la Ley del matrimonio homosexual y la Ley para la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres; aunque, por otra parte, resulta que en ocasiones se diluyen las reivindicaciones feministas básicas durante el proceso de negociación y de concesiones políticas – como la del derecho a decidir y que el aborto deje de estar en el código penal –

Las leyes sirven de paraguas protectores de derechos y, como bien dices, hay que dotarlas de recursos económicos suficientes para desarrollar su aplicación, eso es en parte lo que le falta a la Ley de Igualdad, recursos e instrumentos para mejorar algunos de los aspectos que resultan insuficientes o ambiguos y algo más de coherencia en su aplicación práctica.

Sin género de dudas, “es una bitácora especializada en Género y democracia, un foro de debate, un punto de encuentro”. Para mí es la bitacora de imprescindible lectura, con un mapa de ideas claro de conceptos y acciones dirigidas a la mujer.
Cuentanos cuando y como decidiste iniciarla.



Fue durante las navidades de 2002, le había cogido gusto a lo de escribir en la red, después del primer año de Librodenotas.com y me apetecía tener un espacio propio. En enero de 2003 escribí el primer post; el nombre de singenerodedudas.com fue producto de un sueño muy productivo (sí, sí, literal; me desperté una mañana con la certeza de saber cómo la quería llamar) se trata de un juego de palabras que por una parte se refiere al eje de contenido (enfoque de género) y también es un guiño irónico hacia mí misma y quienes como yo no paran de cuestionarse cosas en la vida. Hasta el 2006 estuve compaginando las actualizaciones en las dos bitácoras: LdN y SGD.

¿como es el día a día de mantenimiento de tu blog? ¿que novedades tienes previstas? ¿cual es el perfil de tus lectores-as?

Hasta el 2006 dedicaba algo más de 4 horas diarias por la mañana a leer , buscar y escribir en la web, el ritmo de actualización diaria que me había autoimpuesto se convirtió en insostenible para compaginar con mi trabajo profesional, se acumulaba la faena y tuve que hacer un reajuste en la organización de mis tiempos de vida Desde entonces, sigo dedicándoles las primeras 3 horas del día, un par de horitas por la noche y gran parte del fin de semana; me gusta tomarme el primer café de la mañana en la cama mientras navego por la red con el portátil y también me gusta llevármelo por la noche y hacer un balance de lo que se ha ido mostrando en diferentes blogs -eso lo hago cuando duermo sola, claro

Tengo varias cosas aparcadas esperando a que pueda retomarlas; entre las novedades que iré lanzando este año habrá un wiki sobre ciberfeminismo del que probablemente salga el manual de ciberactivismo para ciberfeministas de ambos sexos que formará parte de la colección planta29 y un nuevo proyecto de teleformación sobre igualdad de género. Ya veremos lo que da de si el año

Hace unos dias has publicado un artículo en lkstro.com sobre el “mujerismo electoral” y el bullshit muy bueno ¿qué dirias a los-as lectores-as en este día de reflexión?



Que los derechos que se conquistan hay que defenderlos, que la inercia del sistema y de la “corriente principal” es obviar aquello que lo debilita y va en su contra, por eso causa tanto yuyu la diversidad y que las mujeres exijamos garantías para el ejercicio pleno de nuestros derechos. Que ya está bien de hacer concesiones.

Cuentanos un poquito de tus gustos fuera de la red, recomiendanos un libro, una peli, un viaje, una cena en…

Me gusta disfrutar de los momentos y de las pequeñas cosas que ocurren en la cotidianidad. Me gusta viajar, disfrutar en buena compañía de una buena comida y un buen vino; me gusta amar, sentirme amada y me gusta acercarme al mar y sentir que me sumerjo en esa inmensidad (mucho mejor si está limpio, claro)

Carmen, por el ilustrador Carlos Ortín
Recomendaría, la lectura de The Economy of cities de Jane Jacobs y Netianas de Remedios Zafra; la última peli que fui a ver al cine y sobre la que aún voy desmenuzando todo sus detalles y lo que dan de sí: En un mundo libre, de Ken Loach; y el viaje a las islas griegas que hice este verano y que volvería a repetir. Y en cuanto a la cena, pues cualquier tasquita o mesón que sin demasiadas modernidades tengan buena materia prima, sobre todo de vegetales y pescado, un ambiente cercano y buena conversación; casi como en la casa de una

Lo personal es politico es un directorio “un espacio donde reconocernos como iguales aunque diversas” para promover su visibilidad. ¿qué tipo de selección existe -si la hay-?¿a que personas va dirigido este proyecto? ¿en que idiomas?

Va dirigido a mostrar iniciativas independientes -no de organizaciones ni de partidos políticos - en la red, sobre todo de mujeres, aunque también de grupos mixtos, que entienden que su vida privada tiene una clara dimensión política y que deciden utilizar la red para proyectar su ideología cotidiana de transformación social y de relaciones igualitarias.
El idioma en que se escribe no es algo que limite posibilidades; lengua hispana, euskera, catalán, gallego, francés, inglés y portugués ya tienen cabida en este portal.

¿Creo que Librodenotas.com es uno de tus primeros proyectos, no? ¿cual será el siguiente?


Sí, mi ciberactivismo empezó con la iniciativa colectiva de Librodenotas.com (junto a Marcos Taracido y Roger Colom).
Tengo ganas de darle un acelerón a dos proyectos colectivos, uno sobre género y desarrollo que está aparcado desde hace un tiempo y otro sobre relatos eróticos, que rompa con el mensaje heteronormativo.

Sobre ti: de donde eres? donde vives? que hard, soft, cms (herramientas de la red) usas más?

Vivo en Valencia, en la costa maltratada del mediterráneo; viajo con frecuencia y siento una conexión especial con diversos lugares del mundo y gentes. Mi ascendencia cultural es gallega, así que allí me siento como pez en el agua :-p

Los instrumentos de trabajo y de enredamiento que más utilizo son un portátil de 12 pulgadas, un tfno móvil, -conexión a internet a donde vaya- y una cámara digital.
Utilizo software libre, y ahí voy, avanzado poquito a poco; soy autodidacta y aprendo de las redes de apoyo y de loque me enseñan buenas amistades.
Ubuntu es el sistema que utilizo. Y sobre CMS, empecé con Movable Type y ahora utilizo Wordpress en Lkstro, Textpattern en singenerodedudas, como agregador de blogs utilizo feevy en lopersonalespolitico y también Moodle para la teleformación y grupos de trabajo.

Por ultimo, ¿nos dejas una frase rebelde para este día?

Hay que saberse en el derecho de exigir poder para ejercer tus derechos, sin miedo. La igualdad no es una utopía, es algo alcanzable entre todas
Mi lema para este día:

lunes, 3 de marzo de 2008

CIBERFEMINISMO: ENTRE LA (U)TOPIA Y LA (DIS)TOPIA

Dra. Sonia Reverter-Bañón*



En su ensayo ya clásico, Manifiesto Cyborg (1991) , la filósofa americana Donna Haraway identifica un nuevo tipo de feminismo inspirado en la imagen del ciborg , entendido como "un organismo cibernético, un híbrido de la máquina y el organismo" . La idea que Haraway propone es que el concepto de ciborg vuelve borrosos los límites entre el ser humano y la máquina, y ello eventualmente, volverá obsoletas las categorías de varón y hembra, abriendo el camino a un mundo de libertad, más allá de los géneros.

Algunos años después, la británica Sadie Plant (1995) acuñó el término "ciberfeminismo", proponiéndolo como una argumentación teórica que puede de hecho abrir un espacio, el ciberespacio, donde los humanos en conexión con la tecnología de la información, encuentren nuevas formas de construir el sujeto y la identidad humana. En el mundo de la tecnología de la información los principios cartesianos ya no tienen validez, y las distinciones que sustentaban - cuerpo/mente, biología/tecnología, natural/artificial, humano/mecánico- están bajo sospecha.

En 1997 (del 20 al 28 de septiembre) se celebró el Primer Encuentro Internacional Ciberfeminista en la Documenta X de Kassel, Alemania, dentro de la sección denominada "Espacio de trabajo híbrido" (Hybrid Workspace) . La mayor parte de la discusión del encuentro se centró en definir qué es el ciberfeminismo, qué aporta y por qué objetivos lucha dentro del terreno de la tecnología de la comunicación y la información. Tres años después el ciberfeminismo sigue siendo una corriente híbrida de trabajo, reflexión y análisis sobre las tecnologías de la información. No tiene una agenda homogénea, ni un proyecto único, ni siquiera un horizonte en el que puedan converger las diferentes posiciones. Aún así propongo agrupar todas las diferentes posturas y discursos ciberfeministas en dos líneas:
-las que creen que el ciberespacio representa la posibilidad de una utopía, también llamada netopia.
-las que creen, por el contrario, que aquello que caracteriza a la realidad cibernética actual no es la utopía, sino lo opuesto, la distopia.

Desde lo que se ha llamado "ciberfeminismo liberal" la nueva era de la información basada en Internet puede suponer la utopía liberadora que nos conduzca a un mundo más allá de la polaridad de género de varón/mujer. Esta es la utopía del ciberespacio como forum democrático donde los usuarios y usuarias están liberados tanto de los constreñimientos del mundo físico como del género y la sexualidad. El ciberespacio permite la fluidez del género en contraposición a la categorización usual.
En un texto considerado ahora de la prehistoria del ciberfeminismo Shulamith Firestone argumentaba en 1972, en The Dialectic of sex, cómo la cibernética ofrecería la posibilidad de escapar de los confines del cuerpo, es el proyecto que llevaría a la liberación de la humanidad de la tiranía de su biología. En esta línea de pensamiento años después muchas teóricas feministas empezaron a reflexionar sobre la relación del género y el cuerpo dentro del discurso del ciberespacio.
Donna Haraway reactivó y encaminó cualquier reflexión sobre el tema al ofrecer el concepto de ciborg en 1991. El ciborg ofrece la posibilidad, no sólo de extrapolar las diferencias biológicas entre los seres humanos (no únicamente las de género), de descentrar el cuerpo humano, sino también de acabar con el sueño universal y de la teoría totalizadora de Occidente. El ciborg hace posible un mundo más pluralista, y más igualitario. El cuerpo, el icono sagrado de la esencia de la mujer, deja de ser seña de identidad irremediable. En un mundo de ciborgs la identidad se realiza de maneras variadas, no precisamente a través del cuerpo, sino más bien retórica y discursivamente. La identidad deja de ser fija e irrefutable. Es movible, cambiante, nómada, múltiple y plural. Y ello puede traer ventajas para aquellas, las mujeres, cuya identidad está basada en la visibilidad de un cuerpo excluido del sistema de poder. A ello refiere la condensada frase de Haraway: "Prefiero ser una ciborg a una diosa" (2000: 291).
Sadie Plant, con un acercamiento cuasi religioso y a veces esencialista, cree también en la posibilidad de explorar Internet viendo las promesas que puede suponer para las mujeres. Plant cree, a veces demasiado utópicamente, que la realidad virtual del ciberespacio puede acabar con la visión del mundo y la realidad material construida durante dos mil años por el orden patriarcal. Las mujeres, entendidas como una versión deficiente de una realidad que es masculina, no han tenido la oportunidad de acceder a los sistemas de poder político, tecnológico, económico, social, cultural. El diagrama de la autoridad jerárquica se conforma por el poder y el intercambio de mujeres por sus padres, maridos, amantes, hermanos o hijos. Equiparando la matriz de cálculo de los ordenadores con la matriz femenina Plant arguye que los sistemas informáticos multifuncionales tienen más en común con las mujeres que con los sujetos masculinos, caracterizados por el patriarcado por una identidad singular, fija, y una capacidad de agencia unidireccional y no relacional. Inspirada en la obra de la filósofa francesa Luce Irigaray, Plant asegura que la naturaleza fluida, relacional, conectiva, e incluso ambigua que se ha adjudicado a la subjetividad femenina y que ha servido para excluir a las mujeres y privarlas de capacidad de acción en la esfera publica (donde se debaten y deciden las cosas "importantes"), puede volverse ahora una ventaja positiva, pues convierte a las mujeres simplemente en más aptas y capaces para entender, usar y crear espacios de información entretejida, diversa, cambiante y multifuncional. Como afirma Plant (1996: 179) a las mujeres les va bien en sistemas y procesos fluídos, procesos de tejer, que se asemejan a los del ciberespacio. Plant cree por ello que las posibilidades de liberación que el ciberespacio traerá a las mujeres no tienen precedentes. De hecho, Plant asegura que las telecomunicaciones globales y la migración de capital desde Occidente están ya actualmente resquebrajando las estructuras patriarcales, posibilitando un poder económico para las mujeres trabajadoras y multiplicando las oportunidades de comunicación, educación y acceso a la información de las mismas .
Desde otro posicionamiento los movimientos feministas que podemos englobar bajo el rótulo de ciberpunk están formados por mujeres jóvenes con un alto grado de conocimiento y uso de Internet. Son los movimientos asociados a las cybergrrls, con todas sus variedades: webgrrls, riotgrrls, badgrrls, geekgirls, etc . Estos grupos de mujeres y sus discursos sobre la red conforman una importante manifestación de la nueva subjetividad femenina en un mundo postmoderno con cada vez más representaciones culturales en el ciberespacio. El punto en común de estas manifestaciones, pese a autodenominarse feministas, es que no parecen estar interesadas en una agenda política crítica con la posición real de las mujeres en la red. Simplemente usan la red y adoptan una actitud anti-teórica alejada de la concepción feminista de lucha anti-subordinación de la mujer.
La mayoría de las cybergrrls crean sus propias páginas web con una intención paródica, irónica, apasionada, agresiva contra los estereotipos usuales que la sociedad asigna a las mujeres (Rosi Braidotti, 1998). Pero esta actitud estéticamente subversiva se lleva a cabo de manera tan acrítica y con una falta tan patente de horizonte político que a menudo está lejos de desestabilizar cualquier estereotipo.
No hay duda de que todos estos diferentes discursos que se engloban dentro del ciberfeminismo pueden ayudar a crear una mayor concienciación sobre la necesidad de establecer una relación más equitativa entre los géneros y la tecnología de la información. Pero para que el ciberespacio se convierta en un espacio de liberación, en un espacio en el cual no se resubordinen a las/los subordinadas/os con nuevas formas de poder y control hace falta la apropiación de una posición política.
Para ello cualquier tipo de ciberfeminismo, si quiere seguir siendo feminismo , tendrá que hacerse unas preguntas críticas, como son:
- ¿quién tiene acceso a las tecnologías de la información?
- ¿quién tiene el poder y quién lo controla?
- ¿en interés de quién se está desarrollando el ciberespacio?
- ¿cómo afecta la cibercultura en la estructura de los marginados?
- ¿qué esta pasando con los cuerpos y las mentes de las mujeres, tanto en sus vidas reales como virtuales?
- En definitiva, ¿a quién sirve la tecnología de la información?

Probablemente si pensamos en las posibles respuestas a estas cuestiones nos demos cuenta de que de nuevo estamos frente a una tecnología que sirve como instrumento de poder de subordinación y resubordinación en manos del varón blanco occidental. Con esta reflexión entramos dentro de la línea "distópica" del ciberfeminismo, la que cree que la realidad del ciberespacio esta muy lejos de las fantasías que acabamos de comentar.
Esta manera de reflexionar sobre las tecnologías de la información y la red es la que se denomina "ciberfeminismo radical". Según esta reflexión la cibercultura no sólo no ha cambiado los estereotipos de género, sino que incluso está sirviendo para acentuar más la dominación y opresión de las mujeres. Según análisis estadísticos son los hombres los que forman la élite de poder en Internet, aquellos que deciden y diseñan . Ellos siguen siendo los que dominan el discurso, neutralizando a las mujeres como sujetos, y por tanto dando una vez más una imagen de la mujer, bien como sujeto secundario, o incluso como objeto. Teóricas feministas denuncian la distopia que el mundo virtual del ciberespacio está construyendo. La distopia consiste precisamente en hacer del ciberespacio un sitio de dominación, opresión y alienación. No sólo para las mujeres, sino también para todos aquellos excluidos (especialmente el tercer mundo). Desde la crítica del ciberfeminismo radical se interpreta que una vez más la tecnología occidental se reitera en uno de sus más persistentes hábitos: la tendencia a crear diferencias, organizarlas jerárquicamente, y convertirlas así en desigualdades.

Estoy de acuerdo con Faith Wilding y el grupo con el cual trabaja "Critical Art Ensemble" (1997), de que después de todo seguimos necesitando un cambio de consciencia para empezar la subversión de la actual estructura de género. Necesitamos encontrar metáforas que nos permitan imaginar un conocimiento más liberatorio, crear discursos que se aparten de representaciones colonizadoras que funcionan excluyendo y dominando. Como la feminista Judith Squires (2000: 370) señala "la apropiación del ciborg para el mapa de futuros feministas posibles tiene el potencial de ser un acto subversivo". Desde esta perspectiva el ciberespacio se presenta como una nueva esfera pública que posibilita lo que J.Habermas denomina "un debate público racional que nos acerque a una democracia participativa". El ciberespacio, la red y su multiplicidad de webs, permiten, según esta perspectiva, una multiplicidad de esferas públicas donde la disonancia y la tolerancia son bienvenidas. Pero para ello necesitaremos no sólo tener un proyecto político que trace una utopía posible, sino que nos urge negociar los mecanismos del estado y del mercado.
El ciberespacio se está desarrollando de tal manera que se está convirtiendo en un medio de expansión del capitalismo multinacional, mientras que ni la ciudadanía, ni las comunidades, ni los estados están negociando la aceptabilidad o no de tales desarrollos.
Desde un planteamiento foucaultiano podemos aventurar que la red creada por las nuevas tecnologías de la comunicación y la información ayudan a crear multiplicidad de discursos y prácticas discursivas que nos acerquen a una conformación de lo social que sea pluralista y heteroglósica. Ahora bien, si la misma naturaleza de Internet puede favorecer conexiones múltiples entre poder y discurso al no establecerse elementos (como el estado) que repriman sus límites, la realidad (virtual) es que esa misma carencia de límites sólo ha servido hasta ahora para replicar las exclusiones y represiones que de hecho se dan en la realidad (real).
Como Ziauddin Sardar (2000) nos hace ver en una crítica revisión del ciberespacio, se está reproduciendo otra vez el proyecto de conquista y colonización del mundo por Occidente. Sardar afirma que el ciberespacio está habitado en su mayoría por varones blancos de clase media: estudiantes universitarios que utilizan la mayor parte de su tiempo haciendo surfing en la red, jugando o en chats. Creando páginas webs (de ellos mismos como medio de anunciarse), las cuales contienen información sin ningún valor informativo, poniendo fotografías pornográficas, o informando de cómo hacer una bomba, torturar, matar o llevar a cabo otra serie de experimentos inhumanos y aberrantes. Sardar señala que curiosamente este grupo de usuarios de Internet tiene el mismo perfil demográfico que los lectores de la revista Playboy: ambos grupos están en el grupo de edad de 18 a 35 años, del 80 al 90 por ciento son varones, han tenido buena educación y tienen una media de ingresos más alta que el salario medio. Siguiendo con su análisis Sardar (2000: 741) afirma que "el problema es que la mitad del ciberespacio que no es comercial es mayoritariamente pared de retrete".
Dada la realidad virtual que tenemos, en nada podemos decir de momento que ha mejorado respecto a la realidad del mundo material. Si bien el ciberfeminismo anhela un mundo donde la superación de los géneros es de hecho posible (feminismo post-género o post-feminismo), las perspectivas que Internet nos ha abierto hasta ahora a las mujeres no permiten mas que como mera fantasía hablar de tal estadio post-género. Como muchas voces feministas señalan, el discurso ciborg puede que ya no sea orgánico ni material, pero no hay duda de que sigue estando sexualizado. En esta línea Claudia Springer (1996) observa como aunque los cuerpos humanos estén al borde de convertirse en obsoletos, la sexualidad permanece. Todos y todas conocemos de las diferentes representaciones de seres que habitan el espacio virtual y cuán sexualizadas sus imágenes se presentan. Ninguna de estas imágenes va a subvertir nuestro sistema dual de géneros y sexos, sino que al contrario, con representaciones de hombres como Schwazeneggers y mujeres cyberbimbos lo más probable es que se profundice más y más en las desigualdades e injusticias actuales.
Es cierto que la vida on-line del ciberespacio permite la libre identidad, dejando así un espacio de libertad donde parece que no importe ni el sexo, ni el color, ni la edad, ni ninguno de los signos identificatorios base de las exclusiones en nuestras sociedades. Pues bien, habrá que hacer una lectura crítica del hecho de que la mayoría de mujeres que conectan a Internet lo hacen bajo identidad masculina para evitar el acoso y el sexismo tan típico de las sesiones online. Como afirma Susan Luckman (2000:41) "al adoptar designaciones de varón y asumir los privilegios concomitantes a los que se accede, la especificidad de los binarismos de género y las desigualdades de poder construidas sobre ellos, se hacen aparentes -en teoría.
En la práctica el status quo es afirmado: es la agencia de los hombres la que permanece incuestionada online (…)". La conclusión de este hecho es, como apunta Carol Adams (1996: 162) que "en el ciberespacio, cualquiera puede experimentar acoso sexual (simplemente usando un nombre femenino), y cualquiera puede adquirir las ventajas de ser hombre (usando un nombre masculino)". El ciberespacio se presenta así, no sólo rígidamente sexista, sino también clasista, racista y etnocéntrico.
El homo datum que puede permitirse hacer de Internet su habitus natural, es aquél que tiene educación, tiempo y dinero.
Las mismas metáforas utilizadas en el lenguaje virtual y que se han ido solidificando e incluso convirtiéndose en jerga habitual de los grupos usuarios cuando no están en el ciberespacio pone en evidencia la falta de un proyecto político y social que pueda hacer realidad la multiplicidad de posibilidades que sin duda las nuevas tecnologías de la comunicación y la información abren.
Así, se habla de "surfing" (o navegar), "playing" (o jugar), "chat" (o charlar), y con ello no sólo se está reafirmando la colonización cultural y linguística de Estados Unidos sobre el mundo, sino dando la idea de que realmente se está ocupando el tiempo simplemente jugando y yendo a ninguna parte, sin ningún horizonte en el viaje. En un mundo donde más del ochenta por ciento de la población mundial carece de acceso incluso a la infraestructura de comunicación más básica hablar de "navegar en la red" muestra pocos visos de que el ciberespacio que se "navega" se convierta en una esfera publica de discusión política que sirva para mejorar las democracias y equilibrar el mundo para que sea más justo y más libre.
Hay que explorar alternativas a la "informática de la dominación". Y para ello hay que empezar por transgredir política, social, económica y culturalmente las posiciones actuales, las estructuras de control que siguen sirviendo al mismo sistema patriarcal, racista y etnocéntrico de siempre.
Es cierto que el espacio virtual es un espacio de articulación de diferencias, poliédrico, cambiante y que puede producir las bases para comunidades más democráticas, justas y tolerantes. Pero todo ello, como muchas de las ciberfeministas están señalando, necesita de un proyecto político. El ciberespacio no se sustenta en el vacío, por más virtual que sea depende de una conformación, un diseño y un uso que sigue siendo material y humano. Por ello no puede seguir siendo el espacio donde un gran numero de jóvenes occidentales aburridos reproduzcan sus frustraciones, ni donde las grandes empresas multinacionales arrojen sus productos creando mercados virtuales y contando el consumo en conexiones online por segundo.
Si la "alucinación consensual", como William Gibson definió el término ciberespacio en su novela Neuromancer en 1984, sirve o no para mejorar la condición de las mujeres nuevamente dependerá en gran parte de los alucinantes intereses económicos y políticos de los sistemas de poder y dominación mundial. La lucha de las feministas en todos los frentes sigue siendo pues, necesaria.

http://www.creatividadfeminista.org/articulos/ciber_utopia_disto.htm